Salmo51

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1. ¿Qué enseña el calvinismo con la elección incondicional?

La llamada "U" de la sigla TULIP corresponde a la doctrina de la elección incondicional, que enseña que Dios, desde la eternidad, ha elegido soberanamente a ciertas personas para salvación sin ninguna condición previa, respuesta humana, fe prevista o acción meritoria.

Según esta doctrina:

  • La elección no se basa en ninguna cualidad en el hombre.
  • Dios elige a algunos para vida eterna y deja a otros en su estado de condenación (lo que implica una doble predestinación).
  • La decisión de Dios es totalmente independiente de lo que el hombre haga o crea.
Es una enseñanza que fluye naturalmente de la doctrina previa de la depravación total: si el hombre está absolutamente incapacitado, entonces solo queda que Dios elija sin condición.
 

2. Propósito teológico de esta enseñanza

El objetivo de la elección incondicional es afirmar la soberanía absoluta de Dios en la salvación.

Al no poder el hombre contribuir en nada, ni siquiera creer por sí mismo, Dios debe ser quien decida todo: quiénes serán salvos y quiénes no, desde antes de la fundación del mundo.
De este modo:

  • La salvación es enteramente de Dios.
  • La gloria es exclusivamente divina.
  • La fe del hombre es consecuencia, no condición.
 

3. Problemas críticos y consecuencias lógicas

a) Transforma el amor de Dios en selectivo y arbitrario

Si Dios puede salvar a todos, pero elige salvar solo a algunos sin motivo aparente ni revelado, se vuelve parcial en su amor y justicia. Esto contradice pasajes como:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo..." (Juan 3:16)
"Dios quiere que todos los hombres sean salvos..." (1 Timoteo 2:4)

b) Anula el sentido de la responsabilidad humana

Si la elección está decretada antes de nacer y no depende de la fe, entonces ninguna acción humana tiene peso eterno.
Sin embargo, la Escritura llama a la decisión personal:

"El que creyere será salvo... el que no creyere será condenado" (Marcos 16:16)

c) Contradice el carácter justo de Dios

Un Dios que condena a hombres por no creer, cuando nunca les dio la capacidad de hacerlo, no puede ser llamado justo.
Esto viola la enseñanza de que:

"Dios no hace acepción de personas" (Hechos 10:34)

d) Destruye el evangelio como oferta real

Si solo los elegidos pueden responder, entonces la oferta universal es ficticia.
Pero el evangelio se presenta como llamado a todos:

"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15)
 

4. La elección según las Escrituras: en Cristo, por fe

La Biblia sí habla de elección, pero:
  • La elección es en Cristo: "según nos escogó en él antes de la fundación del mundo" (Efesios 1:4).
  • La elección es para propósitos y frutos, no para excluir a otros: "os he escogido... para que vayáis y llevéis fruto" (Juan 15:16).
  • La elección responde a la fe, como se ve en Romanos 11:5–7: "un remanente escogido por gracia... porque no buscaron la justicia por la fe".

La elección, por tanto, no es un decreto arbitrario, sino un acto basado en la unión con Cristo, y la fe es el medio de acceso a esa unión (Gálatas 3:26–28).
 

5. El plan de Dios según la sustitución real y nueva creación

Desde esta teología, Dios no elige arbitrariamente a algunos y descarta a otros, sino que:
  • Declara perdido al viejo hombre en Adán (Romanos 5:12).
  • Crea una nueva humanidad en Cristo, el segundo Adán (1 Corintios 15:45–47).
  • Ofrece a todos la posibilidad de morir en Cristo y resucitar con él, por fe (Romanos 6:4–6).
En este modelo:
  • La primera salvación es universal: todos son librados de la condena de la ley mediante la muerte de Cristo.
  • La segunda es condicional: se accede a la vida eterna por la fe personal.
Cristo, entonces, es el elegido de Dios (Isaías 42:1) y en él son elegidos todos los que creen.
 

6. Conclusión

La elección incondicional del calvinismo redefine la justicia, el amor y el evangelio bajo una soberanía absoluta pero carente de equidad, de universalidad y de coherencia escritural.

La Escritura revela que Dios eligió a Cristo, el nuevo hombre, y que en él elige a todos los que creen, para formar parte de una nueva humanidad, nacida no de carne ni de sangre, sino de Dios (Juan 1:13).

La elección es real, pero en Cristo, no fuera de él.
 
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