El texto de Génesis 2:24 puede y debe entenderse como una declaración estructurada en dos fases: pacto y unión.
Veamos cómo podemos desarrollarlo.
Génesis 2:24
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”
DESGLOSE EXEGÉTICO Y TEOLÓGICO
1. “Dejará el hombre a su padre y a su madre”
Esto marca una salida de un pacto previo, el familiar. El hombre deja su unidad original con sus padres para iniciar una nueva relación de pacto. Es un acto de madurez y autonomía relacional, no solo geográfica.
Implicación: Una nueva relación que exige un compromiso. Esto sienta las bases para que la nueva unión tenga carácter de pacto fundacional, como un nuevo núcleo familiar.
2. “Y se unirá a su mujer” – וְדָבַק בְּאִשְׁתּוֹ (vedavaq be-ishtó)
La palabra hebrea דָּבַק (davaq) significa literalmente pegarse, adherirse, aferrarse con fuerza — pero en contextos de alianza, implica fidelidad relacional y compromiso duradero, es decir: pacto.
Este es el momento del contrato: el acto volitivo de compromiso mutuo donde la mujer deja de ser “una” para convertirse en “su mujer”.
No hay unión todavía, sino vinculación por acuerdo y promesa: esto hace que una mujer se vuelva mi mujer.
3. “Y serán una sola carne” – וְהָיוּ לְבָשָׂר אֶחָד
Ahora aparece la unidad física y sexual, pero también más:
CLAVES HERMENÉUTICAS
Malaquías 2:14
“…Porque Jehová ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.”
El matrimonio es definido explícitamente como pacto.
CONCLUSIÓN
Lo que convierte a "una" mujer en "mi" mujer no es la unión sexual sino el pacto matrimonial voluntario, el cual se formaliza mediante una adhesión voluntaria, exclusiva y fiel (davaq).
Veamos cómo podemos desarrollarlo.
Génesis 2:24
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”
DESGLOSE EXEGÉTICO Y TEOLÓGICO
1. “Dejará el hombre a su padre y a su madre”
Esto marca una salida de un pacto previo, el familiar. El hombre deja su unidad original con sus padres para iniciar una nueva relación de pacto. Es un acto de madurez y autonomía relacional, no solo geográfica.
Implicación: Una nueva relación que exige un compromiso. Esto sienta las bases para que la nueva unión tenga carácter de pacto fundacional, como un nuevo núcleo familiar.
2. “Y se unirá a su mujer” – וְדָבַק בְּאִשְׁתּוֹ (vedavaq be-ishtó)
La palabra hebrea דָּבַק (davaq) significa literalmente pegarse, adherirse, aferrarse con fuerza — pero en contextos de alianza, implica fidelidad relacional y compromiso duradero, es decir: pacto.
Este es el momento del contrato: el acto volitivo de compromiso mutuo donde la mujer deja de ser “una” para convertirse en “su mujer”.
No hay unión todavía, sino vinculación por acuerdo y promesa: esto hace que una mujer se vuelva mi mujer.
3. “Y serán una sola carne” – וְהָיוּ לְבָשָׂר אֶחָד
Ahora aparece la unidad física y sexual, pero también más:
- Una nueva entidad humana: “una sola carne” es una expresión hebrea que implica unidad indivisible, tanto física como existencial (familia, descendencia, proyecto común).
- Esto es parte del pacto: ya no son solo el uno del otro legalmente sino que ahora son también una unidad física.
CLAVES HERMENÉUTICAS
- El texto diferencia entre “una mujer” y “su mujer” → el “su” implica que ya hay pacto antes de la unión.
- La unión sexual sin pacto no hace a "una" mujer “mi" mujer.
- La secuencia muestra que el pacto precede a la unión física, no al revés.
Malaquías 2:14
“…Porque Jehová ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.”
El matrimonio es definido explícitamente como pacto.
CONCLUSIÓN
Lo que convierte a "una" mujer en "mi" mujer no es la unión sexual sino el pacto matrimonial voluntario, el cual se formaliza mediante una adhesión voluntaria, exclusiva y fiel (davaq).