Una equivocación heredada
Tanto el calvinismo como el arminianismo se equivocan desde el inicio:
Discuten y se enfrentan por el tipo y grado de corrupción que el hombre heredó por el pecado.
¿Pero qué importa si está levemente enfermo o totalmente podrido... si ya fue condenado a muerte?
“La paga del pecado es muerte.” (Romanos 6:23)
Y esa sentencia no depende del grado de deterioro, sino de la justicia de Dios.
¿Por qué entonces se aferran a rescatar lo que ya fue declarado sin remedio?
¿Por qué intentan reformar, curar o regenerar a un hombre cuya existencia fue puesta bajo juicio y sentencia?
La gracia de Dios jamás consistió en salvar al viejo hombre pecador.
La gracia no lo reforma, no lo corrige, no lo mejora.
Tanto el calvinismo como el arminianismo se equivocan desde el inicio:
Discuten y se enfrentan por el tipo y grado de corrupción que el hombre heredó por el pecado.
¿Pero qué importa si está levemente enfermo o totalmente podrido... si ya fue condenado a muerte?
“La paga del pecado es muerte.” (Romanos 6:23)
Y esa sentencia no depende del grado de deterioro, sino de la justicia de Dios.
¿Por qué entonces se aferran a rescatar lo que ya fue declarado sin remedio?
¿Por qué intentan reformar, curar o regenerar a un hombre cuya existencia fue puesta bajo juicio y sentencia?
La gracia de Dios jamás consistió en salvar al viejo hombre pecador.
La gracia no lo reforma, no lo corrige, no lo mejora.