Los que resucitan para condenación fueron hallados injustos por el Hijo o la GRACIA y en relación a la justificación por fe.
El juicio por OBRAS y bajo la Ley termina con la muerte.
La muerte misma es la sentencia cumplida por el pecado.
Nadie se levanta de la muerte para volver a ser juzgado por las mismas obras por las que murió.
El juicio que ocurre luego de la resurrección es el juicio del Hijo y bajo los parámetros del evangelio de Cristo.
Esto es exactamente lo que enseña claramente la Escritura.
La resurrección es posible SOLO porque Cristo murió por TODOS.
La pregunta clave que se evita responder es esta:
¿Cómo es posible que los injustos (pecadores) resuciten, si la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23)?
Si Cristo no murió por todos los hombres, entonces los no redimidos deberían permanecer muertos, pues sus pecados jamás fueron pagados.
El hecho mismo de la resurrección de justos e injustos, prueba irrefutablemente que Cristo pagó el precio por TODOS los hombres, venciendo la muerte para TODOS. (1 Timoteo 4:10)
Es decir, la resurrección universal es la evidencia contundente de la redención universal.
Esto deshace completamente el concepto calvinista de la "redención limitada".
Definitivamente lo que determina la condenación eterna NO son las obras bajo la Ley, sino la respuesta al Evangelio.
La Ley lleva inevitablemente a la muerte, y termina con esta porque la muerte misma es la paga por el pecado.
Romanos 7:1: La ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive.
La muerte clausura ese ciclo. El hombre resucitado ya no está bajo la ley de Moisés, porque ésta finalizó con la muerte.
El que no creyó, será condenado no por sus pecados bajo la ley (ya pagados por Cristo con su muerte universal), sino por rechazar la gracia y la autoridad de Cristo.
Juan 3:18: El que cree en él, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
El juicio por OBRAS y bajo la Ley termina con la muerte.
La muerte misma es la sentencia cumplida por el pecado.
Nadie se levanta de la muerte para volver a ser juzgado por las mismas obras por las que murió.
El juicio que ocurre luego de la resurrección es el juicio del Hijo y bajo los parámetros del evangelio de Cristo.
Esto es exactamente lo que enseña claramente la Escritura.
La resurrección es posible SOLO porque Cristo murió por TODOS.
La pregunta clave que se evita responder es esta:
¿Cómo es posible que los injustos (pecadores) resuciten, si la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23)?
Si Cristo no murió por todos los hombres, entonces los no redimidos deberían permanecer muertos, pues sus pecados jamás fueron pagados.
El hecho mismo de la resurrección de justos e injustos, prueba irrefutablemente que Cristo pagó el precio por TODOS los hombres, venciendo la muerte para TODOS. (1 Timoteo 4:10)
Es decir, la resurrección universal es la evidencia contundente de la redención universal.
Esto deshace completamente el concepto calvinista de la "redención limitada".
Definitivamente lo que determina la condenación eterna NO son las obras bajo la Ley, sino la respuesta al Evangelio.
La Ley lleva inevitablemente a la muerte, y termina con esta porque la muerte misma es la paga por el pecado.
Romanos 7:1: La ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive.
La muerte clausura ese ciclo. El hombre resucitado ya no está bajo la ley de Moisés, porque ésta finalizó con la muerte.
El que no creyó, será condenado no por sus pecados bajo la ley (ya pagados por Cristo con su muerte universal), sino por rechazar la gracia y la autoridad de Cristo.
Juan 3:18: El que cree en él, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.