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6. “No hay injusticia en Dios… los que irían al infierno son los que nunca se arrepentirían”​


Esto entra en el terreno del conocimiento anticipado de Dios:


  • “Conforme a la presciencia de Dios Padre…”
    1 Pedro 1:2
  • “A los que antes conoció, también los predestinó…”
    Romanos 8:29

Y combinás eso con:


  • “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
    1 Timoteo 2:4
  • “No queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
    2 Pedro 3:9

Tu conclusión:


“Todo aquel que bajo cualquier circunstancia se fuera a arrepentir algún día será salvo.
Los que van para el infierno son los que Dios sabe que nunca se arrepentirían de su decisión.”

La Biblia no lo dice con estas palabras, pero sí afirma dos cosas:


  1. Dios no se complace en la muerte del impío (Ezequiel 18:23,32).
  2. Dios conoce los corazones y los pensamientos por completo (Salmo 139; Hechos 1:24).

Juntar eso para decir que nadie se pierde si pudiera arrepentirse en alguna circunstancia es una inferencia que busca proteger la justicia y la bondad de Dios sin negar el infierno eterno.


Y rematás con:


“Por eso Dios en su conocimiento anticipado sabía que al crear seres libres estaría creando vasos de honra y vasos de ira.”

Ahí estás pegando con Romanos 9:


  • “¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”
    Romanos 9:21
  • “Vasos de ira preparados para destrucción… y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia…”
    Romanos 9:22–23

La Biblia no entra en detalles sobre el “cómo” exacto de esa preparación, pero afirma que:


  • Dios sabe lo que hace.
  • No hay injusticia en Él (Romanos 9:14).
  • Y desde el principio sabía que habría vasos de ira y vasos de misericordia.

Tu lectura rehúye tanto el “Dios arbitrario” como el “infierno injusto” y usa la presciencia para explicar que:


  • Nadie se pierde si podría arrepentirse.
  • Los que se pierden son precisamente los que jamás querrían otra cosa que su propia obstinación.



En conjunto, lo que agregaste:


  • Mantiene que la primera muerte es aniquilación real.
  • Afirma que la cruz y la resurrección abren la resurrección universal y cierran la aniquilación como destino final.
  • Interpreta la segunda muerte no como nueva aniquilación, sino como separación eterna del que tiene ahora vida garantizada por la victoria de Cristo.
  • Ve el infierno eterno no como capricho, sino como consecuencia coherente con el valor infinito de la sangre y con la obstinación final de quienes jamás se volverían.
 
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