¿Jesús vino en carne o encarnó?
Venir en carne versus encarnar.
Aunque parecen decir lo mismo, hay una diferencia profunda, bíblica y completamente decisiva en términos de cristología y esta suele pasar desapercibida.
Para empezar la palabra encarnar no aparece en la Biblia.
Es una construcción teológica posterior, influenciada por conceptos filosóficos dualistas (alma/cuerpo, sustancia/forma), donde Dios supuestamente “toma un cuerpo” humano ya existente, o “entra” en una carne como si esta fuese un contenedor.
La palabra ENCARNAR implica:
* Que la carne es anterior y separada del Verbo.
* Que el Verbo toma una humanidad ya formada, a partir de María.
* Que el Verbo se mezcla con o habita en un cuerpo humano provisto terrenalmente.
Nada de esto está en los textos bíblicos.
Son especulaciones filosóficas y no revelación del cielo.
El testimonio apostólico no dice que el Verbo "encarnó", sino que vino en carne:
“Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.” 1 Juan 4:2
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros...” Juan 1:14
Estas expresiones no implican que el Verbo se introdujo en un cuerpo ajeno, sino que Él mismo fue hecho carne, es decir, vino como un hombre completo, como un segundo Adán, directamente de Dios y del cielo.
También leemos:
“Me preparaste cuerpo.” Hebreos 10:5
“El segundo hombre es del cielo.” 1 Corintios 15:47
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo... y el pan es mi carne.” Juan 6:51
Cristo no encarnó: Vino en carne. Es decir, como hombre verdadero. No surgido desde abajo (de María), sino desde el mismo cielo y por una obra directa del Padre.
Salí del Padre y vine al mundo.
Aunque encarnar y venir en carne a primera vista puedan parecer sinónimos, revelan diferencias teológicas esenciales cuando hablamos de la Persona de Cristo y de la antropología bíblica.
Encarnar
Implica que un ser espíritu (por ejemplo, un ángel o el mismo Verbo) entra o “se introduce” en un cuerpo ya creado.
Sugiere la existencia previa de dos realidades: un sujeto espíritu por un lado y un cuerpo material que lo recibe.
Venir en carne / hacerse carne
Implica que la “sustancia” del ser espíritu se transforma y se hace plenamente humana.
No hay un cuerpo preexistente al que el sujeto espíritu “entre”.
El Verbo se convierte en carne él mismo. Juan 1:14 “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”.
Y así el Verbo asume la forma humana: espíritu, alma y cuerpo en su totalidad, sin que exista antes un cuerpo autónomo.
Conclusiones finales
“Encarnar” conlleva la idea de un sujeto espiritu "habitante" que se une a un cuerpo ajeno.
“Venir en carne” (o “hacerse carne”) revela otra cosa: el Verbo de Dios se convierte Él mismo en un ser humano completo.
Esta distinción protege la enseñanza bíblica de la única y plena venida en carne de Cristo: no un espíritu vistiendo piel humana, sino el Verbo, verdadero Dios, viniendo al mundo como verdadero hombre.
Venir en carne versus encarnar.
Aunque parecen decir lo mismo, hay una diferencia profunda, bíblica y completamente decisiva en términos de cristología y esta suele pasar desapercibida.
Para empezar la palabra encarnar no aparece en la Biblia.
Es una construcción teológica posterior, influenciada por conceptos filosóficos dualistas (alma/cuerpo, sustancia/forma), donde Dios supuestamente “toma un cuerpo” humano ya existente, o “entra” en una carne como si esta fuese un contenedor.
La palabra ENCARNAR implica:
* Que la carne es anterior y separada del Verbo.
* Que el Verbo toma una humanidad ya formada, a partir de María.
* Que el Verbo se mezcla con o habita en un cuerpo humano provisto terrenalmente.
Nada de esto está en los textos bíblicos.
Son especulaciones filosóficas y no revelación del cielo.
El testimonio apostólico no dice que el Verbo "encarnó", sino que vino en carne:
“Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.” 1 Juan 4:2
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros...” Juan 1:14
Estas expresiones no implican que el Verbo se introdujo en un cuerpo ajeno, sino que Él mismo fue hecho carne, es decir, vino como un hombre completo, como un segundo Adán, directamente de Dios y del cielo.
También leemos:
“Me preparaste cuerpo.” Hebreos 10:5
“El segundo hombre es del cielo.” 1 Corintios 15:47
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo... y el pan es mi carne.” Juan 6:51
Cristo no encarnó: Vino en carne. Es decir, como hombre verdadero. No surgido desde abajo (de María), sino desde el mismo cielo y por una obra directa del Padre.
Salí del Padre y vine al mundo.
Aunque encarnar y venir en carne a primera vista puedan parecer sinónimos, revelan diferencias teológicas esenciales cuando hablamos de la Persona de Cristo y de la antropología bíblica.
Encarnar
Implica que un ser espíritu (por ejemplo, un ángel o el mismo Verbo) entra o “se introduce” en un cuerpo ya creado.
Sugiere la existencia previa de dos realidades: un sujeto espíritu por un lado y un cuerpo material que lo recibe.
Venir en carne / hacerse carne
Implica que la “sustancia” del ser espíritu se transforma y se hace plenamente humana.
No hay un cuerpo preexistente al que el sujeto espíritu “entre”.
El Verbo se convierte en carne él mismo. Juan 1:14 “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”.
Y así el Verbo asume la forma humana: espíritu, alma y cuerpo en su totalidad, sin que exista antes un cuerpo autónomo.
Conclusiones finales
“Encarnar” conlleva la idea de un sujeto espiritu "habitante" que se une a un cuerpo ajeno.
“Venir en carne” (o “hacerse carne”) revela otra cosa: el Verbo de Dios se convierte Él mismo en un ser humano completo.
Esta distinción protege la enseñanza bíblica de la única y plena venida en carne de Cristo: no un espíritu vistiendo piel humana, sino el Verbo, verdadero Dios, viniendo al mundo como verdadero hombre.