Antes de continuar, quisiera que hagamos una pausa para reflexionar sobre algo que puede sonar a misticismo o a un cuento antiguo: la idea de que el hombre fue formado "del polvo de la tierra".
¿Cuantos se han burlado del Génesis porque este dice que el hombre sale de la tierra?
Para nuestra mente moderna, acostumbrada a la ciencia y la tecnología, esta afirmación puede parecer una metáfora poética o una fábula.
Pero, ¿realmente lo es?
Pensá por un momento en los objetos más sofisticados que ha creado la inteligencia humana.
Pensá en el teléfono celular de última generación que seguramente ahora tenés en la mano, en el smart TV de tu sala o en el automóvil más avanzado.
Son la cúspide de nuestra ingeniería, llenos de poder de cómputo, inteligencia y diseños asombrosos.
Y ahora hagámonos una pregunta simple: ¿De dónde salen?
No, no vienen de una "fábrica de tecnología" de algún otro planeta.
Analicemos sus componentes fundamentales:
* El procesador, el "cerebro" del dispositivo: Está hecho de silicio, que se extrae de la arena. La arena no es otra cosa que rocas erosionadas, es decir, polvo de la tierra.
* La batería: Contiene litio, cobalto, níquel... todos metales extraídos de minas, cavadas en la tierra.
* El chasis y los componentes: Aluminio, cobre, oro, plástico (derivado de hidrocarburos)... todo proviene de la corteza terrestre.
Cada pieza de nuestra más alta tecnología es, en su origen, polvo de la tierra que ha sido extraído, purificado, refinado y finalmente FORMADO en pequeños objetos con una funcionalidad específica.
Entonces, ¿cuál es la "magia" que transforma ese polvo inerte en un smartphone funcional?
La respuesta ya la conocemos: no es magia, es la aplicación de una FORMA.
Es un Diseño Inteligente.
1. Sustancia: Polvo de la tierra (silicio, metales, etc.).
2. Forma: Los planos de los ingenieros, la arquitectura del chip, el código del software.
3. Resultado (Instancia): Un teléfono inteligente.
El proceso es exactamente el mismo que describe la Escritura para el hombre.
La única diferencia es la escala y el autor del Diseño.
Si aceptamos sin dudar que la inteligencia humana puede tomar el polvo de la tierra y, aplicándole una FORMA, crear un iPhone, ¿por qué nos parece místico que la inteligencia Divina tome el polvo de la tierra y, aplicándole Su FORMA, cree un ser viviente?
Lo que la Biblia describe no es un acto de misticismo irracional.
Es un acto de Ingeniería y Diseño a escala divina.
La realidad observable de nuestra propia tecnología es uno de los mayores testimonios de que el proceso descrito en Génesis es profundamente lógico y real.
¿Cuantos se han burlado del Génesis porque este dice que el hombre sale de la tierra?
Para nuestra mente moderna, acostumbrada a la ciencia y la tecnología, esta afirmación puede parecer una metáfora poética o una fábula.
Pero, ¿realmente lo es?
Pensá por un momento en los objetos más sofisticados que ha creado la inteligencia humana.
Pensá en el teléfono celular de última generación que seguramente ahora tenés en la mano, en el smart TV de tu sala o en el automóvil más avanzado.
Son la cúspide de nuestra ingeniería, llenos de poder de cómputo, inteligencia y diseños asombrosos.
Y ahora hagámonos una pregunta simple: ¿De dónde salen?
No, no vienen de una "fábrica de tecnología" de algún otro planeta.
Analicemos sus componentes fundamentales:
* El procesador, el "cerebro" del dispositivo: Está hecho de silicio, que se extrae de la arena. La arena no es otra cosa que rocas erosionadas, es decir, polvo de la tierra.
* La batería: Contiene litio, cobalto, níquel... todos metales extraídos de minas, cavadas en la tierra.
* El chasis y los componentes: Aluminio, cobre, oro, plástico (derivado de hidrocarburos)... todo proviene de la corteza terrestre.
Cada pieza de nuestra más alta tecnología es, en su origen, polvo de la tierra que ha sido extraído, purificado, refinado y finalmente FORMADO en pequeños objetos con una funcionalidad específica.
Entonces, ¿cuál es la "magia" que transforma ese polvo inerte en un smartphone funcional?
La respuesta ya la conocemos: no es magia, es la aplicación de una FORMA.
Es un Diseño Inteligente.
1. Sustancia: Polvo de la tierra (silicio, metales, etc.).
2. Forma: Los planos de los ingenieros, la arquitectura del chip, el código del software.
3. Resultado (Instancia): Un teléfono inteligente.
El proceso es exactamente el mismo que describe la Escritura para el hombre.
La única diferencia es la escala y el autor del Diseño.
Si aceptamos sin dudar que la inteligencia humana puede tomar el polvo de la tierra y, aplicándole una FORMA, crear un iPhone, ¿por qué nos parece místico que la inteligencia Divina tome el polvo de la tierra y, aplicándole Su FORMA, cree un ser viviente?
Lo que la Biblia describe no es un acto de misticismo irracional.
Es un acto de Ingeniería y Diseño a escala divina.
La realidad observable de nuestra propia tecnología es uno de los mayores testimonios de que el proceso descrito en Génesis es profundamente lógico y real.