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¿Qué es el hombre? Una explicación desde la SUSTANCIA, la FORMA y la VIDA

Muchos repiten sin pensar: "el hombre es polvo" o "fue hecho de tierra".
Pero pocos se detienen a meditar qué significa realmente esto.

¿Es el polvo lo que lo hace hombre? ¿O hay algo más?
Una notebook también está hecha de materiales terrestres.
También un auto, un televisor, una guitarra, un celular.
Todo sale de la tierra. Pero no todo es humano.

Entonces... ¿qué es realmente el hombre?

En este trabajo vamos a desglosar paso a paso lo que la Escritura enseña sobre el ser humano, pero usando analogías sencillas que cualquiera puede entender.

1. Sustancia: La materia prima


Dios formó al hombre del polvo de la tierra (Génesis 2:7).
Esa es su sustancia base.
Es lo que también podríamos llamar "material bruto".
Pero esto no significa que el polvo por sí mismo sea un hombre.

Un auto está hecho de materiales sacados de la tierra: metales, plásticos, vidrio, caucho.
Una notebook también: silicio, cobre, plomo, aluminio, litio, etc.
Todo eso está en la tierra y lo sacamos de ella. Pero sin forma ni propósito, no son nada.

Aunque la SUSTANCIA es la base de todo, no define lo que algo es.
Lo que define a un objeto no es su composición sino lo que se hace con ella.
Una notebook, un celular, un perro, un caballo y el hombre, todos son formados de la tierra.
Tierra procesada. Tierra FORMADA.

"¡Oh hombre! ¿Quién eres tú para que alterques con Dios? "Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?" (Romanos 9:20)

2. Diseño: Inteligencia aplicada al propósito


Un trozo de tierra no es nada. Pero si alguien toma esa tierra, la funde, la purifica, la combina y la diseña con un fin, entonces nace un objeto nuevo.

Una notebook no es una masa amorfa de plomo y silicio, sino miles de piezas ensambladas.
Tiene una estructura bien pensada: procesador, pantalla, teclado, circuitos, memoria.
Cada parte está diseñada para cumplir una función específica.
Y eso es lo que hace que una notebook sea una notebook y no una batidora.

En el hombre, ese diseño también existe: brazos, piernas, sistema nervioso, digestivo, ojos, cerebro, manos...
Nada está al azar. Todo apunta a una forma de vida con capacidades, responsabilidades, lenguaje, conciencia.

"Tus manos me hicieron y me formaron" (Job 10:8)

El diseño es lo que permite que la sustancia se vuelva significativa y funcional.

3. Forma o formato: El molde de identidad


Aquello que se diseña, necesita ser formado.
En el caso del hombre, la Biblia usa la palabra forma (hebreo: yatsar) que implica "dar forma como el alfarero al barro".

Volvamos al ejemplo de un cuchillo de plástico: el molde le da su forma.
El plástico es la sustancia. El molde no se ve en el producto final, pero fue imprescindible para que esa sustancia adoptara su estructura funcional.

El hombre tiene una forma especial: bípeda, vertical, racional, comunicativa. No se parece a una paloma, ni a un árbol, ni a un ángel. Su forma le da su identidad visible.

Aun cuando distintos materiales se usen, el molde define al objeto.
Podés tener un cuchillo de acero o de plástico, pero el molde es lo que determina que los dos sean cuchillos.

4. Vida: Energía impersonal que activa la forma


Aquí viene lo más importante.
Dios sopla en el hombre aliento de vida, y fue el hombre en alma viviente (Génesis 2:7).

Esta vida no es un "hombre espiritual" metido en el cuerpo.
No es un alma flotante que se inserta.
Es una energía impersonal (como la electricidad en una notebook) que activa un sistema preparado para funcionar/vivir.

La electricidad no tiene "alma de televisor".
Pero cuando entra en un televisor, éste funciona como televisor.
Cuando entra en una heladera, actúa como heladera.
Lo que define la función es la forma y el propósito diseñado.

Igual en el hombre: la vida es el soplo de Dios, pero lo que hace que ese soplo se vuelva experiencia humana es la forma previamente creada.

5. El alma: Resultado de sustancia + forma + vida


El alma no es una sustancia inmortal que preexiste.
El alma es el ciclo viviente que surge cuando la forma preparada recibe vida.

Así como una notebook apagada es solo un objeto, pero encendida "cobra vida", el hombre sin el soplo no es viviente.
Pero cuando Dios sopla, esa estructura comienza a interactuar: razona, siente, actúa, decide, responde.
Eso es el alma viviente.

La Biblia nunca dice que Dios le sopló un alma al hombre.
Dice que el hombre fue hecho un alma viviente.
Es decir:
“El alma no es un ente añadido al cuerpo, algo metido adentro, sino el resultado vivo de una forma diseñada por Dios animando una sustancia dada.”

Para concluir:


El hombre no es un cuerpo con un alma adentro.
Tampoco es un alma metida en carne.
El hombre es:

  1. Sustancia formada (polvo).
  2. Forma impresa (diseño divino).
  3. Vida dada (soplo de Dios).
Y el resultado es un ser completo, consciente y responsable: un alma viviente.

Comprender esto nos libera de las falsas filosofías griegas que ven al cuerpo como cárcel y al alma como prisionera.
La Biblia enseña otra cosa: la carne con vida es el hombre.
 
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