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El origen del alma humana
El alma no es un ente vivo que existe previamente y que más tarde se encarna en un cuerpo humano.
La Biblia muestra otro orden muy claro:


Génesis 2:7
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.


El proceso es este:

  1. Dios forma el polvo de la tierra en base al diseño de HOMBRE.
  2. Dios sopla aliento de vida en ese polvo ya formado como hombre.
  3. Ese polvo formado como hombre llega a ser un ser viviente, es decir, un alma viviente.
Entonces podemos afirmar sin equivocarnos que:
  • El alma no preexiste.
  • El alma no es un ente independiente que baja y se encarna.
  • El alma es la vida misma de esa carne humana formada, la persona viva.
Por otro lado y en referencia al Creacionismo y al Traducianismo podemos afirmar que:

Toda alma humana procede de Dios y le pertenece a Dios.

Él dice que las almas son suyas y que Él las ha creado:
Isaías 57:16“
…pues se fatigaría ante mí el espíritu del hombre, y las almas que yo he creado.”

Al mismo tiempo, el ser humano completo procede de sus padres por la vía de la procreación.

La Biblia muestra que Dios quiso que la especie humana se multiplicara por medio de la descendencia:

Génesis 1:28
“Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…”

Génesis 5:3
“Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.”

Hechos 17:26
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres…”

Salmo 51:5
“He aquí, en maldad he sido formado,
y en pecado me concibió mi madre.”

Esto significa que:

  • Dios es siempre el Autor de la vida y el Dueño de todas las almas.
  • Pero eligió que el ser humano completo y vivo (alma viviente) proceda de sus padres, dentro del diseño de la procreación que Él mismo estableció.
  • Lo que se multiplica no son cuerpos muertos esperando que Dios les sople, sino vida humana según la especie hombre, porque Dios puso en la carne humana la capacidad de multiplicarse como ser viviente.
En resumen:
  • El alma no preexiste ni encarna.
  • El hombre llega a ser alma viviente cuando la carne formada según el diseño de Dios recibe vida.
  • Cada nueva alma humana es nueva, pertenece a Dios, y existe porque Dios diseñó y sostiene un sistema donde la vida humana se multiplica a través de los padres, pero siempre bajo su autoridad y su mano.
 
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