La Unión Hipostática: La doctrina de la doble naturaleza de Cristo en una sola persona
La unión hipostática (del griego hypóstasis, que significa "persona" o "sustancia individual") es una doctrina central de la teología cristiana que sostiene que en la única persona de Jesucristo coexisten dos naturalezas completas e íntegras: una divina y una humana.
Este concepto es fundamental para la cristología y afirma que Jesucristo es, simultáneamente, verdadero Dios y verdadero hombre.
Según esta doctrina, la segunda persona de la Trinidad, el Hijo de Dios, asumió una naturaleza humana sin que por ello se produjera una mezcla, cambio, división o separación de sus naturalezas. Ambas, la divina y la humana, permanecen distintas y perfectas, pero unidas inseparablemente en la única persona del Verbo encarnado.
Los puntos clave que sostiene la unión hipostática son:
- Una Sola Persona: No hay dos "Jesús" (uno divino y otro humano), sino una única persona, el Hijo de Dios, que actúa a través de ambas naturalezas. Todas las acciones de Jesús, tanto las humanas (como comer, llorar o sufrir) como las divinas (como perdonar pecados o realizar milagros), son atribuibles a esta única persona.
- Dos Naturalezas Completas: Jesús posee una naturaleza divina, eterna y consustancial al Padre, y una naturaleza humana, en todo semejante a la nuestra excepto en el pecado. Esto significa que tenía un cuerpo y un alma racionales humanos.
- Sin Confusión ni Mezcla: Las naturalezas divina y humana no se mezclaron para formar una tercera naturaleza híbrida. La divinidad no fue alterada por la humanidad, ni la humanidad fue absorbida por la divinidad.
- Sin División ni Separación: Desde el momento de la Encarnación, estas dos naturalezas están inseparablemente unidas en la persona de Cristo. No pueden ser divididas ni consideradas como dos individuos distintos.
La tradición suele asumir erróneamente que Jesús tomó algo del mundo para ser humano.
La doctrina clásica afirma que lo divino se unió con lo humano, aunque intentando evitar la herejía, nos dice que esa unión se llevó a cabo "sin mezclarse". Pero si (A) toma algo ajeno (B) de (C), el resultado siempre será A+B.
Lo que entendemos escudriñando las escrituras es que Jesús no tomó algo ajeno a venir al mundo, sino que Él mismo, en esencia inalterable (sustancia), solo cambió de forma.
La clave, a nuestro entender, está en entender correctamente la diferencia entre sustancia y forma.
Veamos...
FORMA:
- Es el diseño, los planos o el molde. (Humanidad)
- Define y determina cómo será la sustancia cuando sea formada (estructura, funciones, capacidades).
- Es el material bruto, sin forma o formato. Sin diseño ni un propósito específico. Sin funcionalidad. (ej: la tierra del Génesis).
- Es la sustancia (tierra) ya moldeada según la forma específica (carne).
- Aún no es un ser viviente. Es solo un cuerpo diseñado. Es carne sin vida.
- Energía vital que Dios imparte a la sustancia formada.
- Este acto divino permite que esa sustancia formada se active.
- SER VIVIENTE ÚNICO (individuo).
- Aquí es donde nace la IDENTIDAD (persona).
- Ahora ya hay conciencia, voluntad, el "yo".
La Biblia utiliza frecuentemente "carne y sangre" donde cada una de estas palabras significa:
- Carne: Simboliza la forma (la estructura corporal, funcional, interactiva).
- Sangre: Simboliza la vida (el aliento, la energía vital dada por Dios). La vida de la carne está en su sangre.
Así tenemos:
Concepto | Término bíblico | Explicación |
---|---|---|
Sustancia virgen | Polvo/Tierra | Material base sin diseño específico. Sin formato. |
Forma | Carne (estructura) | Diseño específico del cuerpo humano |
Vida | Sangre (vida vital) | Energía impartida por Dios (aliento) |
Sustancia formada con vida | Alma viviente | Persona viva con conciencia e identidad |
Resumen final ajustado:
- Forma: Diseño original de Dios, los planos o molde (no es identidad ni persona).
- Sustancia sin formar: Materia prima (no es identidad ni persona).
- Sustancia formada (carne): Materia moldeada según forma específica, sin vida (no es identidad ni persona).
- Vida (sangre): Energía divina, activadora, impartida por Dios (no es identidad ni persona).
- Sustancia formada + Vida: Es aquí donde surge la identidad personal (ser viviente único, alma con voluntad y conciencia).