1. La unión física no implica matrimonio
Jesús confirma en Mateo 19:5-6 que “el que se une a su mujer, es un cuerpo con ella”, citando Génesis 2:24.
Pero en 1 Corintios 6:16, Pablo advierte:
“¿No sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.”
El texto muestra que la unión sexual ocurre, pero sin pacto, y por lo tanto es pecado.
El coito crea unidad física, pero no establece una relación de pacto.
Por eso la unión no los hace esposo y esposa: sólo el pacto hace legítima esa unión ante Dios.
2. La sexualidad fue diseñada para el matrimonio
El diseño de Dios es ordenado y explícito:
La desnudez compartida sin pacto es descrita como “descubrir la vergüenza” (Lev. 18) y se prohíbe severamente.
Los besos, caricias, coitos fuera del matrimonio son formas de fornicación, aunque haya “amor”.
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)
3. El pacto precede la unión
La secuencia divina es:
1. Elección personal → 2. Pacto voluntario → 3. Unión física
El noviazgo no es un estado sexual: es un tiempo de evaluación, no de prueba.
4. Celo por la santidad del cuerpo
1 Corintios 6:18-20:
“Huid de la fornicación… ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?… glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.”
El cuerpo no es para el placer desordenado, sino para honrar a Dios.
Por eso la unión carnal sin pacto es profanación del templo del Espíritu.
Conclusión teológica
Jesús confirma en Mateo 19:5-6 que “el que se une a su mujer, es un cuerpo con ella”, citando Génesis 2:24.
Pero en 1 Corintios 6:16, Pablo advierte:
“¿No sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.”
El texto muestra que la unión sexual ocurre, pero sin pacto, y por lo tanto es pecado.
El coito crea unidad física, pero no establece una relación de pacto.
Por eso la unión no los hace esposo y esposa: sólo el pacto hace legítima esa unión ante Dios.
2. La sexualidad fue diseñada para el matrimonio
El diseño de Dios es ordenado y explícito:
Elemento | Requisito Bíblico |
Sexualidad | Solo dentro del pacto matrimonial |
Desnudez | Solo entre esposos (Levítico 18) |
Unión física | “Serán una sola carne” tras el pacto |
La desnudez compartida sin pacto es descrita como “descubrir la vergüenza” (Lev. 18) y se prohíbe severamente.
Los besos, caricias, coitos fuera del matrimonio son formas de fornicación, aunque haya “amor”.
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)
3. El pacto precede la unión
La secuencia divina es:
1. Elección personal → 2. Pacto voluntario → 3. Unión física
- El pacto es lo que convierte a una mujer en mi mujer.
- Sin pacto, no hay legitimación para la sexualidad.
- La sexualidad no es un “camino hacia” el matrimonio, sino su expresión dentro del mismo.
El noviazgo no es un estado sexual: es un tiempo de evaluación, no de prueba.
4. Celo por la santidad del cuerpo
1 Corintios 6:18-20:
“Huid de la fornicación… ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?… glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.”
El cuerpo no es para el placer desordenado, sino para honrar a Dios.
Por eso la unión carnal sin pacto es profanación del templo del Espíritu.
Conclusión teológica
- La unión carnal no constituye matrimonio.
- Solo el pacto hace esposos, y solo entre esposos se permite la unión sexual.
- Cualquier expresión sexual sin pacto es fornicación (Gálatas 5:19-21; 1 Tesalonicenses 4:3-5).
- La sexualidad no es una herramienta emocional ni de autoexploración, sino un acto santo reservado a los que están bajo juramento mutuo de pertenencia exclusiva.