I. DIOS ESPERABA ALGO DE SU CREACIÓN
- Dios no creó por capricho. Él esperaba recibir algo de su criatura: obediencia voluntaria, fidelidad perfecta, comunión permanente.
“Para alabanza de la gloria de su gracia…” (Efesios 1:6)
- El diseño del hombre incluía libertad porque el amor real requiere elección. Pero también implicaba la posibilidad real de traición.
II. LA CAÍDA IMPIDIÓ QUE DIOS FUERA SATISFECHO
- El primer hombre no ofreció lo que debía. En lugar de ofrenda, hubo desobediencia.
- El ciclo esperado de fidelidad, obediencia, comunión y adoración fue quebrado.
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles…” (Rom. 3:12)
Dios no recibió lo que había pensado recibir.
III. LA LEY COMO MARCO DE EXPECTATIVAS
- La Ley no fue dada para salvar, sino para mostrar qué esperaba Dios del hombre.
- Representa la voluntad divina codificada, la expresión de lo que es bueno, justo, y santo.
“La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12)
- Pero ningún hombre, desde Adán, logró cumplirla.
IV. LA NECESIDAD DE UN HOMBRE ÚNICO
Dios necesita un hombre que:- Ejercite su libre albedrío sin jamás rebelarse.
- Obedezca activamente, no solo evite pecar.
- Haga la voluntad de Dios de forma perfecta y completa.
- Ofrezca sacrificio grato: olor fragante.
- No caiga jamás, ni siquiera internamente.
- Sea plenamente confiable para sostener una eternidad de comunión.
Y este hombre debe confirmar que el diseño fue bueno en gran manera.
“Aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Heb. 5:8)
“Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación…” (Heb. 5:9)
V. JESUCRISTO: EL HOMBRE QUE AGRADA AL PADRE EN TODO
- Jesús no solo vino a morir por los pecados del mundo. Vino a vivir por Dios, a darle al Padre lo que ningún otro hombre le dio.
- Cada acto, cada pensamiento, cada palabra fue olor fragante.
“Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia” (Mt. 3:17)
“Yo hago siempre lo que le agrada” (Jn. 8:29)
Dios encuentra en Cristo al hombre que esperaba desde la creación.
“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento…” (Isaías 42:1)
VI. UNA RELACIÓN ETERNA GARANTIZADA
- Con este hombre, Dios puede establecer una relación eterna sin temor a traición.
- Jesús es el único ser humano con quien Dios puede descansar para siempre, sin cláusulas condicionales.
El nuevo sistema no se basa en hombres tratando de no fallar, sino en uno que ya no puede fallar y agrada en todo.
“Cristo, habiendo resucitado… ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.” (Rom. 6:9)
SÍNTESIS TEOLÓGICA
- El objetivo no era solo redimir al hombre, sino dar al Padre lo que merecía recibir desde el principio.
- Jesús es la respuesta del Hijo al deseo del Padre.
- No se trata de “rescate de culpables”, sino de justicia cumplida y ofrecida.