Salmo51

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1. El problema del molde corrupto y la necesidad de una nueva instanciación
  • El "molde humano" original, la humanidad contenida en Adán, se ha corrompido. Por lo tanto, no puede surgir de la humanidad caída un hombre que cumpla los requisitos requeridos por el Padre. Se necesita un "segundo hombre" que sea una instanciación directa del molde original (la FORMA humana perfecta y buena en gran manera).
2. El agente divino y su despojamiento
  • El agente que llevará a cabo esta misión es el Verbo mismo. Él es quien voluntariamente "fungirá de hombre". Para ello, debe despojarse de Su forma divina y aceptar ser formado por el Padre con la FORMA humana original, volviéndose un segundo hombre con la misma naturaleza humana que el primero.
3. La nueva sustancia y la naturaleza del Hombre-Dios
  • La diferencia fundamental radica en la SUSTANCIA. Para esta nueva instanciación, la sustancia a ser formada no es el "polvo de la tierra", sino el Verbo celestial mismo. Al aplicar la FORMA humana a la SUSTANCIA divina, el resultado es un ser único: el Hombre-Dios, plenamente humano y plenamente divino y no sujeto a la corrupción del molde adámico.
4. La inserción histórica y la preparación del Mundo
  • Dios no crea a este segundo hombre en el vacío. Lo inserta en el mundo caído como una nueva cabeza federal. Para ello, prepara a la humanidad a lo largo de la historia: elige a Abraham, levanta a Israel y da la Ley para preparar el camino. Para ser un representante legítimo, el Hombre-Dios debe nacer de mujer, como "hijo de hombre", y vivir bajo la ley.
5. El propósito: La migración espiritual
  • El objetivo final de esta misión es realizar la migración espiritual de la humanidad desde la jefatura del primer Adán a la del postrer Adán. Esta migración es el verdadero "nacer de nuevo", un cambio de linaje espiritual. Por eso Jesús no tiene descendencia física; su descendencia se compone de los ya nacidos de mujer que son espiritualmente migrados a Él.
 
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