La humanidad como diseño
Antes de que existiera Adán, el primer hombre formado del polvo de la tierra, Dios necesitaba definir el molde con el que le daría forma, y a ése molde le llamamos "humanidad".
Así lo primero que Dios hizo es crear los planos de esta naturaleza humana como un diseño en su mente soberana.
Pero una cosa es el molde y otra cosa muy distinta es la sustancia a ser formada.
Por ejemplo en un molde (forma) de cuchillo podemos inyectar plástico (sustancia) y dicha sustancia será formada por aquel molde que transferirá su forma a la sustancia formada pero este molde al final se retirará.
De igual manera antes de construir un edificio físico, el arquitecto deberá crear los planos bien detallados con su diseño completo.
Luego la sustancia, los materiales de construcción, se ubicaran (formarán) siguiendo al pie de la letra aquellos planos creados primero.
Así humanidad, naturaleza humana, hombre o humano en realidad hacen referencia a una forma o diseño de clase o de especie.
No hablamos aquí de una persona en particular, o de un individuo de dicha forma, especie o clase.
Y esta forma o diseño fue creado a imagen y semejanza de Dios.
Un molde divino con el cual Dios formaría luego al primer hombre Adán y al segundo Cristo.
En este sentido, la naturaleza humana no es en sí misma Adán, ni es Cristo, sino el diseño original que permitió que ambos fueran hombres verdaderos.
Así Adán fue la primera formación de aquella humanidad diseñada, sobre el polvo de la tierra, y Cristo, la segunda formación, no ya de polvo terrestre, sino del Verbo del cielo. El Verbo hecho carne.
Dios antes de formar al hombre, lo diseñó.
El texto de Génesis 1:26 revela esta creación:
Esta declaración precede a la formación física de Adán (Génesis 2:7) y confirma que la humanidad es una idea divina, una arquitectura previamente concebida.“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”
Por tanto, tanto el primero como el segundo hombre son instanciaciones (formaciones) concretas de ese diseño eterno, aunque con propósitos radicalmente distintos.
Esta comprensión nos permite ver que Dios no creó una nueva especie al enviar a Cristo, sino que empleó el mismo diseño original que empleó con Adán, pero esta vez para formar al Verbo venido directamente desde el cielo.
Cristo es hombre verdadero porque se ajusta al diseño humano divino, pero es también el “último Adán” porque ya no se necesitará otro más.
Así, "humanidad" no es sustancia, carne o sangre, sino una forma de vida creada por Dios.
Un diseño. El diseño concreto de una forma de vida y de una especie. La especie humana.
Creada a Su imagen, y con vocación de eternidad.