Invitación a comprobar con la Palabra
Dios nos ordena claramente:“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios…” (1 Juan 4:1‑3)
Es un mandato bíblico discernir las doctrinas que se enseñan, comparándolas con la verdad revelada.
Comprueba si esta verdad es de Dios
- ¿Se ajusta a lo que dice la Escritura acerca de la muerte legal universal en Adán, y la justicia imputada en Cristo?
- ¿Encaja con el mandato evangélico de ofrecer salvación a “todo aquel que cree” sin acepción de personas?
- ¿Se sostiene que no se propone ante el Padre, sino ante el Juez Hijo, un juicio eterno según la fe personal?
Cuando la mañana ilumina la oscuridad, todo se vuelve claro y cálido.
Así puede ser con esta verdad: lo que antes era confuso puede recibir claridad.
Compruébalo con la Palabra.
Examínalo con humildad.
Y guarda lo que sea bueno y verdadero.
Un discurso de corazón
Queda aquí una cordial invitación:
Revisa este postulado con la autoridad única de Dios, pon a prueba su espíritu y pide discernimiento.
Muchas cosas que antes eran oscuras se iluminan con finísima claridad y consistencia bíblica.
Que el Espíritu de Dios traiga luz a tu entendimiento, confirme Su verdad en tu corazón y dé fruto en vida, conforme al testimonio de la Palabra.
Bendición fraterna mientras caminas a la luz del Evangelio.