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Monergismo o Sinergismo: La Verdadera Naturaleza de la Salvación


Introducción


Una de las preguntas más debatidas en la teología es si la salvación es monergista (obra de un solo agente: Dios) o sinergista (cooperación entre Dios y el hombre). Este tema busca ofrecer una respuesta profunda y bíblica, mostrando que la Escritura presenta una doble etapa en el proceso de salvación, donde cada una responde a una lógica distinta.

Etapa 1: La Redención Universal

a. El hombre estaba perdido bajo la ley

Desde Adán, todos los hombres estaban bajo una ley que exigía obras para ser justificados. Nadie pudo cumplirla. Todos perdieron.

b. Dios no podía salvar arbitrariamente

El Padre, siendo justo, no podía hacer acepción de personas bajo la ley. Debía juzgar con equidad. Por eso no podía salvar directamente a algunos y a otros no. La ley lo impedía.

c. El Hijo viene a cumplir la ley

Jesús, el Verbo hecho carne, se somete a la ley y alcanza justicia verdadera por obras humanas. Solo Él cumple la condición legal para ser justo.

d. La Redención como acto soberano

Basado en esa obediencia perfecta, el Hijo compra legalmente a todos los que estaban perdidos bajo la ley. Nadie colaboró. Nadie pidió ser redimido. No se les consultó.
"Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron" (2 Corintios 5:14)
Esta etapa es monergista. Todo lo hizo Dios en Cristo. Se ejecuta soberanamente. Es un decreto de rescate universal.

Etapa 2: Sujeción al Señor


a. Cristo es Señor por derecho

Por haber vencido, el Padre lo exalta y lo hace Señor y Juez de vivos y muertos (Hechos 10:42; Filipenses 2:9-11).

b. El Evangelio como decreto real

No es una oferta, es un llamado a la obediencia de la fe. No se invita: se ordena.
"Dios... manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan" (Hechos 17:30)

c. La fe no es una nueva obra

La fe no coopera para ser salvo. No genera salvación, sino que la reconoce. Es sujeción, no mérito.

d. Quien no cree, ya está condenado

El rechazo del Evangelio no es permanecer en neutralidad, es resistir al Rey que ya lo compró. El infierno es para los que rechazan voluntariamente someterse al que fue hecho Señor.

Esta etapa no es sinergismo clásico. No colaboramos en salvarnos. Pero sí se exige obediencia al Señor que nos redimió. No para crear la salvación, sino para no perderla.


¿Monergismo o Sinergismo?

  • La salvación objetiva (redención, justificación legal, rescate de la muerte) es monergista: Dios la hizo solo, en Cristo.
  • La apropiación subjetiva (fe, obediencia, inclusión en el Reino) requiere sujeción voluntaria al Señor.
Pero esta sujeción no es cooperar, es aceptar al Amo que nos compró. No es una obra más: es reconocer que no tenemos ninguna.
"Toda rodilla se doblará... y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor" (Filipenses 2:10-11)

La fe no se opone al monergismo. Es su fruto. Es la rodilla que se dobla. Es la confesión que acepta que la justicia fue obrada en otro, por otro y para nosotros.
 
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