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Expiación limitada: ¿Por quién murió Cristo?
1. ¿Qué enseña el calvinismo?
La doctrina de la expiación limitada (también llamada redención particular) sostiene que Cristo no murió por todos los seres humanos, sino solo por los elegidos. Esta enseñanza forma parte de los "cinco puntos del calvinismo" (el acrónimo TULIP) y busca mantener coherencia con la elección incondicional y la gracia irresistible. Según esta perspectiva, la muerte de Cristo asegura eficazmente la salvación de los elegidos, no solo la posibilidad.
"Cristo no murió de manera alguna por los réprobos, sino solo por los elegidos." Confesión de Dordrecht, Cánones II.8
2. ¿Qué objeción plantea esta doctrina?
Si Cristo no murió por todos, entonces:
No compró a todos.
No representó a todos.
Y no puede llamar a todos al arrepentimiento sin incurrir en una injusticia aparente.
La predicación del Evangelio como “buenas nuevas para todo hombre” pierde fundamento real si el sacrificio no abarca realmente a todos. Bajo este esquema, muchos son llamados a confiar en una obra que no fue hecha por ellos, lo que genera una incongruencia con la predicación universal del Evangelio.
3. ¿Qué dice la Escritura?
La Escritura no enseña una expiación limitada.
Por el contrario, insiste en el alcance universal de la obra de Cristo:
“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
(1 Juan 2:2)
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron.” (2 Corintios 5:14)
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; el cual se dio a sí mismo en rescate por todos...” (1 Timoteo 2:5–6)
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo... negando al Señor que los rescató...” (2 Pedro 2:1) Incluso los que se pierden fueron "rescatados".
Cristo dio su vida por todos, sin distinción.
Su muerte compró a toda la humanidad, no para asegurar la salvación automática de todos, sino para sacarlos a todos de la ley y del pecado, ubicándolos bajo el señorío de Cristo.
4. ¿Qué enseña la teología de la sustitución real y nueva creación?
Cristo cumplió la ley en carne humana (Romanos 8:3-4), muriendo sin pecado como sustituto del hombre. En esa muerte, murió toda la humanidad vieja, y resucitó un nuevo hombre en justicia. Esa obra abarca a todos.
“El cual se dio a sí mismo en rescate por todos...” (1 Timoteo 2:6)
“Porque por gracia sois salvos... y esto no de vosotros...” (Efesios 2:8)
La cruz libera a todos de la condenación legal, pero la vida eterna es dada solo a quienes son elegidos por el Hijo como Señor.
Así:
La expiación es universal, en cuanto a redención de la ley y del pecado.
La salvación es particular, en cuanto al destino que el Señor les da a los que reconoce como suyos (Mateo 25:32-34).
5. ¿Dónde está el error calvinista?
El calvinismo confunde la obra de la cruz con la separación (elección) final.
Cree que si Cristo murió por alguien, ese alguien debe salvarse.
Pero no distinguen entre:
Compra universal (Cristo compró a todos) y Juicio soberano del Hijo (Él decide a quién elige para vida)
“El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.” (Juan 5:22)
“Muchos son llamados, mas pocos escogidos.” (Mateo 22:14)
Cristo llama a todos, compra a todos, libera a todos del pecado, pero luego escoge soberanamente a quienes dar vida y a quienes condenar.
Conclusión:
La expiación no es limitada.
Es universal en su provisión, porque Cristo murió por todos los hombres.
Sin embargo, la vida eterna es una prerrogativa del Hijo como Señor.
No todos serán salvados, pero todos fueron comprados, y todos serán juzgados por Aquel que dio su vida por ellos.
“Aquel día hará separación... entre ovejas y cabritos...” (Mateo 25:31–46)
La cruz no elige, no fuerza, no predetermina.
1. ¿Qué enseña el calvinismo?
La doctrina de la expiación limitada (también llamada redención particular) sostiene que Cristo no murió por todos los seres humanos, sino solo por los elegidos. Esta enseñanza forma parte de los "cinco puntos del calvinismo" (el acrónimo TULIP) y busca mantener coherencia con la elección incondicional y la gracia irresistible. Según esta perspectiva, la muerte de Cristo asegura eficazmente la salvación de los elegidos, no solo la posibilidad.
"Cristo no murió de manera alguna por los réprobos, sino solo por los elegidos." Confesión de Dordrecht, Cánones II.8
2. ¿Qué objeción plantea esta doctrina?
Si Cristo no murió por todos, entonces:
No compró a todos.
No representó a todos.
Y no puede llamar a todos al arrepentimiento sin incurrir en una injusticia aparente.
La predicación del Evangelio como “buenas nuevas para todo hombre” pierde fundamento real si el sacrificio no abarca realmente a todos. Bajo este esquema, muchos son llamados a confiar en una obra que no fue hecha por ellos, lo que genera una incongruencia con la predicación universal del Evangelio.
3. ¿Qué dice la Escritura?
La Escritura no enseña una expiación limitada.
Por el contrario, insiste en el alcance universal de la obra de Cristo:
“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
(1 Juan 2:2)
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron.” (2 Corintios 5:14)
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; el cual se dio a sí mismo en rescate por todos...” (1 Timoteo 2:5–6)
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo... negando al Señor que los rescató...” (2 Pedro 2:1) Incluso los que se pierden fueron "rescatados".
Cristo dio su vida por todos, sin distinción.
Su muerte compró a toda la humanidad, no para asegurar la salvación automática de todos, sino para sacarlos a todos de la ley y del pecado, ubicándolos bajo el señorío de Cristo.
4. ¿Qué enseña la teología de la sustitución real y nueva creación?
Cristo cumplió la ley en carne humana (Romanos 8:3-4), muriendo sin pecado como sustituto del hombre. En esa muerte, murió toda la humanidad vieja, y resucitó un nuevo hombre en justicia. Esa obra abarca a todos.
“El cual se dio a sí mismo en rescate por todos...” (1 Timoteo 2:6)
“Porque por gracia sois salvos... y esto no de vosotros...” (Efesios 2:8)
La cruz libera a todos de la condenación legal, pero la vida eterna es dada solo a quienes son elegidos por el Hijo como Señor.
Así:
La expiación es universal, en cuanto a redención de la ley y del pecado.
La salvación es particular, en cuanto al destino que el Señor les da a los que reconoce como suyos (Mateo 25:32-34).
5. ¿Dónde está el error calvinista?
El calvinismo confunde la obra de la cruz con la separación (elección) final.
Cree que si Cristo murió por alguien, ese alguien debe salvarse.
Pero no distinguen entre:
Compra universal (Cristo compró a todos) y Juicio soberano del Hijo (Él decide a quién elige para vida)
“El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.” (Juan 5:22)
“Muchos son llamados, mas pocos escogidos.” (Mateo 22:14)
Cristo llama a todos, compra a todos, libera a todos del pecado, pero luego escoge soberanamente a quienes dar vida y a quienes condenar.
Conclusión:
La expiación no es limitada.
Es universal en su provisión, porque Cristo murió por todos los hombres.
Sin embargo, la vida eterna es una prerrogativa del Hijo como Señor.
No todos serán salvados, pero todos fueron comprados, y todos serán juzgados por Aquel que dio su vida por ellos.
“Aquel día hará separación... entre ovejas y cabritos...” (Mateo 25:31–46)
La cruz no elige, no fuerza, no predetermina.