I. EL MOLDE HUMANO NO ES DESCARTADO
- Dios no desecha el diseño humano. Su juicio no es: “el molde está mal”, sino: “la sustancia formada con él se corrompió”.
- El molde sigue siendo bueno en gran manera (Gén. 1:31).
Lo que falló fue la sustancia formada del polvo de la tierra, Adán.
“El primer hombre es de la tierra, terrenal…” (1 Cor. 15:47)
II. LA HUMANIDAD ESTABA “EN ADÁN”
- Toda la humanidad estaba contenida en Adán, como el primer portador del diseño en la sustancia.
- Al corromperse Adán, toda la descendencia heredó su condición.
“En Adán todos mueren…” (1 Cor. 15:22)
No solo cayó un individuo: se corrompió toda la descendencia instanciada a partir de aquellos moldes corrompidos.
III. LA NECESIDAD DE UN SEGUNDO HOMBRE
- Dios no puede reformar a Adán.
- En cambio, inicia una nueva instancia del diseño original, para no corromper la nueva sustancia a formar.
IV. LA NUEVA SUSTANCIA A FORMAR: EL VERBO CELESTIAL
“Y aquel Verbo fue hecho carne…” (Juan 1:14)
“El segundo hombre, que es del cielo” (1 Cor. 15:47)
- La sustancia a formar de este nuevo hombre no será polvo vivificado.
- La sustancia a formar será el Verbo mismo, eterno, con vida en si mismo.
El Verbo toma forma de hombre, pero no por voluntad de varón sino de Dios.
“No de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn. 1:13)
V. UNA HUMANIDAD CELESTIAL
- Esta vez, el molde humano es llenado de una sustancia celestial, no terrenal.
- Jesús no es una mezcla de sustancia terrenal y celestial: es el Verbo tomando forma humana original.
“Se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Fil. 2:7)
Jesús es verdaderamente humano (porque Dios usa el mismo diseño/molde que usó con el primer hombre).
VI. IMPLICACIÓN: NO ES UN HOMBRE REFORMADO, ES UN HOMBRE NUEVO
- Jesús no es un mejor Adán.
- Es otro hombre del mismo diseño. Un segundo hombre pero de sustancia celestial.
“Así está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” (1 Cor. 15:45)
SÍNTESIS TEOLÓGICA
- Dios vuelve a usar el molde humano, pero esta vez lo llena con el Verbo eterno.
- El resultado: un hombre sin pecado, sin corrupción, sin deuda, capaz de agradar a Dios eternamente, y de sustituir judicialmente al hombre viejo.