Salmo51

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El Plan Monergista de Salvación:
Un segundo Adán en reemplazo del que fracasó.
La obra soberana de Dios.

En la historia de la redención bíblica se revela un plan monergista – es decir, realizado por una sola energía o fuerza, la de Dios mismo – mediante el cual el Señor salva soberanamente al ser humano perdido.

A diferencia del sinergismo, que postula una cooperación entre Dios y el hombre en la salvación, el monergismo afirma contundentemente que Dios es el único autor de la salvación, de principio a fin.

En este tema expondremos, con fundamento en los 66 libros del canon bíblico, cómo Dios llevó adelante la salvación de forma completamente monergista, en un plan absolutamente soberano, justo y autosuficiente.

Entendiendo la corrupción total de la humanidad y su justo juicio y fin, aún así, Dios soberanamente dispuso salvar al hombre sin tener en cuenta este irreversible destino.
Para ello, Dios realizó un acto asombroso: Creó una humanidad nueva, un nuevo Adán, un segundo Hombre, en la persona de Jesucristo, concebido milagrosamente por el Espíritu Santo, sin la mancha del pecado del primer Adán.

Así Cristo, el nuevo y último Adán, ofrendó y sacrificó una obediencia perfecta que aquella primera humanidad no pudo ofrecer, y produjo una justicia humana que nosotros no podíamos generar, y finalmente murió en lugar de los culpables, satisfaciendo plenamente las demandas legales de la justicia divina.

Toda la obra salvífica – el plan trazado en la eternidad entre el Padre y el Hijo – es una obra exclusiva de Dios, sin la participación del hombre perdido, más que como destinatario de esta gracia.
 
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