1. La bondad del diseño y la persistencia de Dios
- A pesar del fracaso de Adán, el diseño original de la humanidad, la FORMA con libre albedrío, sigue siendo "bueno en gran manera" para Dios.
- En lugar de renunciar a Su creación, la decisión monergista de Dios de salvar implica un compromiso de resolver el problema fundamental que la caída reveló.
- El núcleo del problema no es el libre albedrío en sí, sino la interacción entre una ley perfecta y un libre albedrío en un contexto de vida eterna.
- La ley, por su naturaleza, puede instruir, guiar y establecer un estándar de justicia, pero es "débil" en el sentido de que no puede forzar ni garantizar la obediencia.
- Esto crea una situación de inestabilidad perpetua. Un ser libre podría obedecer durante milenios y aun así caer, haciendo que cualquier relación eterna con un Dios perfectamente justo sea inherentemente precaria. El amor de Dios no podría descansar seguro en una criatura que en cualquier momento podría perderse.
- La solución de Dios a este dilema no es anular el libre albedrío ni abolir la ley, sino introducir un nuevo elemento que resuelva esta tensión: Jesucristo.
- Cristo no es solo un plan de contingencia; es la respuesta proactiva y definitiva de Dios al problema de la inestabilidad. Él es el mecanismo a través del cual la justicia de Dios puede ser eternamente satisfecha y el amor de Dios quedar asegurado sin violar la libertad de la criatura.