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Mateo 12
30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
El calvinismo no es cristo céntrico, es decreto céntrico.
Un sistema es realmente cristo céntrico cuando todo arranca y termina en la persona y en la obra de Cristo, no en un decreto abstracto y en un grupo de elegidos.
El esquema calvinista se ordena así:
Un grupo de personas elegidas desde la eternidad, para las cuales Cristo muere de manera exclusiva y a las cuales Dios obliga eficazmente a creer.
30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
El calvinismo no es cristo céntrico, es decreto céntrico.
Un sistema es realmente cristo céntrico cuando todo arranca y termina en la persona y en la obra de Cristo, no en un decreto abstracto y en un grupo de elegidos.
El esquema calvinista se ordena así:
- Primero, un decreto secreto donde Dios decide amar eficazmente sólo a algunos y dejar a otros sin provisión real.
- Sobre ese decreto, una cruz cuyo alcance se limita en la intención: “Cristo vino a morir por los predestinados”.
- Luego, una “gracia irresistible” aplicada solo a esos elegidos, para que crean.
- Recién después aparece la fe en Cristo como fruto de un trato previo, selectivo y cerrado.
Un grupo de personas elegidas desde la eternidad, para las cuales Cristo muere de manera exclusiva y a las cuales Dios obliga eficazmente a creer.