La única respuesta bíblica correcta a una muerte que es extinción es la resurrección.
Si la muerte es extinción, entonces la única salida es volver a recibir vida.
La esperanza bíblica siempre fue la resurrección, no la inmortalidad natural.
Cristo mismo fue el modelo: murió realmente, fue sepultado, y su vida volvió por resurrección, no por inmortalidad natural (Hechos 2:24-32).
Por tanto, la esperanza bíblica no es “el alma inmortal” sino “la resurrección de los muertos”.

«Dios… da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.» (Romanos 4:17)

«Porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida...» (Juan 5:28-29)
«Si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él.» (Romanos 6:8)

Conclusión:- Muerte = cese total de vida.
- La única respuesta bíblica es resurrección.
- No es inmortalidad del alma, es restauración de la vida por Dios.
- Cristo es las primicias de esa resurrección.
«Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.» (Juan 11:25)
Por tanto, la esperanza bíblica no es “el alma inmortal” sino “la resurrección de los muertos”.