La salvación del propósito original de Dios

El plan eternamente determinado por Dios para consumar Su propósito en Jesucristo Hombre.
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La gracia

La bondad de Dios dada en Cristo, no como reacción al pecado, sino como expresión de Su voluntad eterna.
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Una nueva creación

Dios no restaura al viejo hombre: crea un Hombre nuevo, fundamento de la nueva humanidad.
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Un Segundo Hombre

El postrer Adán, Jesucristo: Hijo del Hombre perfecto que reemplaza la cabeza caída.
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Jesucristo

El Verbo hecho carne, Hijo de Dios e Hijo del Hombre, obediente hasta la muerte y resucitado.
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Los objetivos de Jesucristo

Cumplir el propósito divino: obedecer, vencer, morir, resucitar y ser la cabeza de la nueva creación.
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Alcanzar justicia humana por méritos humanos

Cristo no solo murió: vivió en obediencia perfecta, satisfaciendo la justicia de Dios como Hombre.
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Jesucristo: Postrer Adán y nueva cabeza federal

Cristo como representante de los hombres ante Dios, sustituto, garante y fuente de vida eterna.
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La expiación

El sacrificio de Cristo, derramando Su sangre para quitar el pecado y reconciliar con Dios.
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La asignación de justicia

La justicia de Cristo acreditada al creyente, conforme a Romanos 4 y 2 Corintios 5:21.
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